Manuel Mialdea Lozano
Bienvenido a mi Blog. Un pequeño espacio donde compartir nuestra común afición a la caza y al campo. Gracias por visitarme

jueves, 21 de agosto de 2014

IÑAKI Y EL BOLO

Amigos de mi blog:

Esta es la segunda entrega de los relatos de M.J. POLVORILLA, tan buena como la primera y encima divertida.
Uno, que por encima de todo es montero, se cree hasta la última coma de la historia ¡Si lo sabré bien con la de cosas que me han pasado¡
Se me viene a la cabeza el sucedido de un venado que rescaté en el pantanillo de Las Alcornocosas tras ardua pelea con los perros a los que aburrió, y que al quedarse solo y poner pie en lo firme, careé con una vara de jara - y luego a golpecitos en las ancas con mi propia mano - hasta sacarlo de la mancha que se daba. No hay fotos de aquello pero si dos testigos: Mi hijo Manuel y Batito García-Escribano, que era mi secretario y hoy es todo un montero de pedigree y excelentes maneras. Contado está en mi libro "40 años monteando narrados en primera persona"
Ea, que no me enrollo y juzgad vosotros el relato....¡Y que Dios os regale un Bolo como el de Iñaki!

Recibid un gran abrazo y besos para las señoras.

Lolo Mialdea.

PD: Gracias sea dadas a Jose Luis, que hizo las gestiones oportunas para que estas joyas camperas tuvieran sitio en mi blog.



Iñaki y el Bolo

 M.J. POLVORILLA 



Anda que no vale duros el perro. Y eso que parece que está tonto- que está bolo, como dicen los toledanos-. Y así que le puso el nombre. El Bolo gasta buena genética, hasta apellidos tiene el chucho. Viene de la línea de Germania y al dueño le ha costado más de un carraspeo de garganta por muchos dólares que tenga en el banco. El Bolo no parece tener muchas luces… pero a vientos no hay quien le gane. El Bolo, con su aspecto tontorrón, está siendo el chiste en la junta de esta mañana, porque andan de montería de amigos en una sierra extremeño manchega y los colegas -como buenos tocapelotas- han de reírse hasta de la sombra de uno.

-Menudo chucho, compadre. Te habrá costado un cerro de pesetas pero yo desde luego no encuentro sogajo con el que ahorcarlo. Si está atontado, ¿no lo ves?

El perro es achocolatado, orejón, de mirada triste y bastante noble. El perro, según le contaron al dueño, ha sido campeón de campeones y te distingue unas bragas concretas en una residencia de estudiantes. Y el nombre originario era “no sé qué”… Pero los amigos de Iñaki -el dueño- le bautizaron con el nombre de Bolo. Para incordiar, que es lo propio.



Total que Iñaki, barbudo, metido en años y bastante espeso en maneras, no es precisamente el tío con más suerte en lo venatorio. Sueña con matar un buen verraco. Uno de verdad y por ello jamás pierde la comba. Y hasta los montes próximos a Baviera se fue a por el chucho. Y se lo ha traído de estreno a la montería de casa de un conocido. Tras las bromas, el sorteo y los rezos le ha tocado en el 4 de la Cuerda del Tambor. En el 5 hay un amigo y en los dos anteriores también. Aunque los puestos no se ven sabe que está bien rodeado. El perro se estrena hoy y parece no dar guerra. Cagüen la mar que hasta hace sol y apetece un trago de vino. Iñaki se siente contento por caprichos de la vida. Y el perro lo nota y hasta menea el rabo. Qué bonito es montear. Iñaki da gracias al cielo por el día tan estupendo y no olvida eso de que la caza es como la suerte, que aparece donde menos te los esperas.
Qué somanta de tiros, madre mía. Ha tirado toda la armada y de la suelta no hace ni un rato. Pero Iñaki sigue sin descargar la pólvora de su paralelo, eso sí con esperanzas. De pronto el Bolo levanta la cabeza y señala con su mirada un veredón que hay a la izquierda. El montero aprecia el gesto, quita el seguro y, sigiloso, ve asomar las sienes de un apuesto verraco.¡Boommm! Fulminado. Menudo cochino, qué prudente… ¡y qué perro! Si no es por él se escapa el gorrino…. Dios existe. Viva la perra que te parió, granuja, y hasta le convidó a un beso en la frente.
Pero ahí no acaba la cosa, porque el lance se ha repetido y por otro veredón le ha roto otro cochino macho, mayor aún que el primero, y el perro lo ha marcado de la misma forma. Y de la misma forma el montero lo ajustició nada más salir a lo limpio. Dos guarros machos con colmillos…. ¿¿Pero estamos locos?? La suerte estaba reservándose para Iñaki, y hoy era su día.

La montería continúa, los disparos también. Esta vez los perros laten una carrera y la meten en el cortadero. Iñaki suelta los dos balazos de su express sobre las costillas de otro cochino. Se acerca a verlo. Imposible. Otro cochino grande. En una finca abierta. Madre mía que me pellizquen porque a este perro yo me lo cuelgo al pescuezo a modo de amuleto.

Termina la montería. Iñaki ha marcado sus tres reliquias, enfunda el rifle y recoge los trucos como un niño el día de su comunión. Llega José María, del puesto 5, contrariado, porque ha tirado un cochino cojonudo y se le ha ido pinchado. Coño Iñaki, suelta al chucho en el rastro a ver si es cierto que vale para algo. Iñaki accede. Llegan al 5, al puesto del amigo, y el perro toma la vereda seguro de lo que hacía. Guau, guau, guau… Y llega justo a uno de los tres cochinos de Iñaki -al mediano-. El barbas es montero de leyes y cede el animal a su legítimo propietario. Coño, iba a ser mucho tres verracos en un puesto. Buen trabajo Bolo.



Recogen trastos y llegan al puesto número 3, ocupado por el amigo Juan que anda de cabeza porque ha matado dos cochinas a una piara y trasero venía un guarro grande al que pudo mandar una bala pero no dejar seco. Hay restos de huesos y algo de sangre. Echadme una mano, coño, que es un aparato. Total que los tres monteros se ponen a buscar con la ayuda del Bolo y el animalito, idénticamente como hacía unos minutos, coge el rastro sin dejarlo y… guau guau guau…. Llega al puesto de su dueño a señalar el más pequeño de los tres verracos. ¡Joder con el chucho Iñaki! ¡Menuda joya! El montero de las barbas andaba ya con un cabreo de colores; el perro funcionaba bien, demasiado bien. Y lo que era el puesto de su vida se había dividido en tercios para vanagloria de sus amigotes. Menos mal que el verraco grande, que seguramente sería el cochino más grande de la montería, ese estaba ya a salvo…

 Van camino del tractor que les llevaría al cortijo. Al llegar al puesto número dos andaba esperando el joven amigo Leopoldo. ¿Dónde andabais? Los colegas cuentan la hazaña del perro y el joven montero dice:

-Coño Iñaki, he tirado un cochino macho bastante bueno justo en aquella madroña. Dos gotas de sangre y nada más. Haz el favor de soltar el perro a ver si damos con él porque es bien bueno…

La respuesta fue rotunda. Porque Iñaki, liándose doblemente la correa, cogió al perro bajo el brazo, sujetándolo fuerte, y bufó:

¡¡Los cojones, que luego se me escapa y no hay quien le eche mano!!

martes, 12 de agosto de 2014

PISTEAR UNA RES

Queridos amigos de mi Blog:

Leyendo estos tórridos días del verano cordobés el libro "TRAS LA HUELLA DEL RECUERDO. Memorias de un cazador veterano" (Marques de Valdueza. Madrid 1988) compruebo - como no podía ser de otro modo - que le da una importancia singular al hecho de que pisteemos nuestras propias reses heridas, calificándolo de "un gozo que todo montero completo debería practicar". No entra en los mil vericuetos de la practica del rastreo en si, aunque deja entrever que lo practicó mucho.


Como quiera que al que suscribe le pasa lo mismo y lo he practicado mucho hasta que los años le han cortado los vuelos si el terreno es muy duro y quebrado, y recordando que en su día escribí para TROFEO (Pistear una res. Diciembre 2010) un artículo que abarcaba, dentro de lo que permiten 2000 palabras y mis parcas dotes, los aspectos básicos del mismo desde el punto de vista practico, me he animado a recuperarlo del baúl del tiempo y ofrecéroslo ahora en su formato original.
En fin, que fueraparte de que soy perfectamente consciente de que no saldréis, como yo mismo, hechos unos bosquimanos con hambre que no perderían la pista de un primal herido superficialmente en medio de un secarral, si que estoy seguro de que muchos cazadores jóvenes y ya granaditos - nunca se deja de aprender - extraerán alguna consecuencia de su lectura y que, en el futuro, pueda servirles de mucho en el monte y monteando, recechando o aguardando. Esa es mi esperanza y mi deseo.

Recibid un fuerte abrazo y besos para las señoras.

Lolo Mialdea. Córdoba a 12 de agosto de 2014.







lunes, 4 de agosto de 2014

EN APOYO DE LA REHALA Y OTROS MIL DISPARATES DE MODA

Amigos de mi BLOG:
Como quiera que no quiero ser menos y porque realmente me importa, quiero dejar patente y bien clarito mi total apoyo al mundo de la rehala, el silvestrismo, etc

                                Con nuestros perros de Las Mesas cuando los teníamos

No es mucho lo que puedo aportar que no se haya dicho ya, pero como ex rehalero puedo asegurar que es una actividad ruinosa.
En lugar de enrollarme voy a dejar aquí un par de cosas que me han parecido muy congruentes. Una se la debemos a Salvador Muñoz Cerezo, que ha llegado a escribir al Sr. Rajoy, Otra es la editorial de "mi" revista TROFEO, y la tercera es de Paco Beltrán, presidente del aula cinegética del Circulo de la Amistad de Córdoba y factotum de las MONTERÍAS TRADICIONALES que se vienen organizando por estos lares: Sacad vosotros las conclusiones.
Por mi parte recibid un fuerte abrazo y besos para las señoras.

Lolo Mialdea






                          CARTA DE SALVADOR MUÑOZ CEREZO

SALVADOR MUÑOZ CEREZO
Cazador, Ingeniero Agrónomo, Agricultor
Ecologista, Miembro del P.P. Antequera
C/ Infierno Nº 5
Antequera.(Málaga, 29.200)
Telf de contacto.- 605.850.140.

S.D. MARIANO RAJOY
PRESIDENTE DEL PARTIDO POPULAR
MADRID

Antequera, 1 de Agosto de 2.014
Exmo. Sr.:
Para comprender el motivo de mi carta puede ayudarse del membrete con que inicio la misma.
Soy agricultor desde hace, al menos, cinco generaciones; ecologista y cazador, de nacimiento; ingeniero agrónomo desde el año 76 y del P.P. desde que se creó Alianza Popular.
Hoy me he llevado uno de los mayores disgustos que recuerdo leyendo las propuestas que gente de mi partido está haciendo sobre la caza, los perros de caza y su transporte, su consideración como negocio y todas las limitaciones que algún inepto urbanita ha tenido a bien parir para justificar un sueldo y decir que sirve para algo. En la temporada pasada ya empezaron a considerar negocio algo que, si no se hace por afición, no lo acomete nadie: Echar perros de rehala. No sé cuántas jaurías habrá en España que pretendan ganar dinero con este “Negocio” pero le aseguro que no conozco ninguna que lo consiga. Todo lo más que se logra es montear algo más barato que los demás mortales.
Me recuerda esto el caso de un amigo, ya mayor, que tuvo que quitar el gallinero por que no tenía agua legalmente potable. “20 gallinas, una cabra y un cochino no podían beber el agua que bebía la familia desde cientos de años”.
Creo que también se pretende que para eliminar perros y gatos asilvestrados haya que utilizar métodos de veterinario, es decir, una inyección letal. Esto es como aquél insecticida para pulgas que para que fuese efectivo era necesario coger la pulga, abrirle la boca, forzar a que se tragase el veneno y “ Voila” pulga muerta.
Como pretendo que esta carta la lea alguien no me voy a extender más pero, por favor,  no hagan que me avergüence de mis gobernantes. ( de mi administración ya no tiene arreglo).
Sé que pretendo algo muy difícil pero ruego una confirmación de que alguien ha recibido esta carta, aunque  sólo  sea un RECIBIDO Y LEÍDO.
Esto que aclaro ahora es lo menos importante pero como yo hay muchos y existe la tentación de dejar de ser un voto seguro y un fiel miembro del P.P.

Fdo. Salvador Muñoz Cerezo
D.N.I. 51.592.679-E



                ARTÍCULO DE PACO BELTRÁN EN ABC


¿TIENE SOLUCIÓN EL MUNDO DE LA REHALA?

FRANCISCO BELTRÁN CEBRIÁN | FRANCISCO BELTRÁN CEBRIÁN ES PRESIDENTE DEL AULA CINEGÉTICA DEL REAL CÍRCULO DE LA AMISTAD
 Periódico ABC CÓRDOBA. Día 01/08/2014
 ENLACE: http://sevilla.abc.es/andalucia/cordoba/20140801/sevp-tiene-solucion-mundo-rehala-20140801.html#.U9sstt02jSI.facebook


ARCHIVO
La Administración presiona a un colectivo que no estaba preparado para ello y sin previo aviso
INICIADA la temporada montera 2012/2013, la Inspección de Trabajo inició una serie de actuaciones de comprobación que tuvieron un importante impacto mediático en el sector. A día de hoy podemos entender que las Administraciones públicas, conocedoras del impacto económico que la caza genera, han decidido su intervención y la aplicación normativa de los preceptos legales, tanto a nivel laboral como fiscal.
Es obvio indicar que estos preceptos legales existían con anterioridad a esta decisión reguladora. Otra cosa es que se aplicaran dentro del mundo de la caza. No podemos por ello tomar una postura de escurrir el bulto y actuar de manera negligente en este aspecto, ya que ello sólo acarrearía al sector multitud de problemas derivados del incumplimiento de estas normas. Ahora bien, es imprescindible también considerar las específicas características que la caza, en general, y la montería española, en particular, tienen. No debemos obviar que, salvo en muy contadas excepciones, los actores que participan en las diferentes jornadas no tienen a ésta como medio fundamental de vida.
La caza, antes de todos estos acontecimientos, ya era una de las actividades humanas más profusamente regladas en temas sanitarios, medioambientales y de bienestar animal. Ahora los diferentes partícipes deberán incluir en su calendario de actividades la observancia, además, de la normativa fiscal y laboral.
Queremos dejar claro, en primer lugar, que con independencia de que estemos de acuerdo o no con la procedencia de estas medidas, debemos actuar con la cabeza más que con el corazón. Pero ello no es óbice para que no se reconozca el carácter singular de la caza como tradición histórica singular y como vehículo de dinamización laboral, social y económica de numerosas regiones deprimidas de nuestro país. Reconozcamos también el importante eco mediático que cualquier acción tomada por la Administración y que sea considerada contraria a la caza, puede tener, con el consiguiente efecto de retorno negativo para la propia Administración.
Entendemos que existe un hecho diferencial que motivará en uno u otro sentido la obligatoriedad del encuadramiento de la montería española dentro del ámbito de aplicación de los distintos regímenes de la Seguridad Social y del tratamiento fiscal que corresponda.
Este hecho lo constituye la consideración de la montería española como actividad económica. Para delimitar este concepto bastará describir de una forma simplista el hecho. Consideramos que una montería (o cualquier jornada de caza) se constituye en sí misma como actividad económica cuando se den uno de los siguientes factores: Que se vendan los puestos, o que de su resultado se derive un provecho económico (como podría ser la venta de la carne de las piezas cobradas en dicha jornada).
Esto excluiría en cualquier otro caso muchas jornadas que se celebran a lo largo y ancho de la geografía nacional y, que en este caso sí deberían ser consideradas actividades deportivas y, como tales, excluidas de pleno del ámbito de aplicación de la Seguridad Social. Sería necesario indicar que en estas jornadas puede darse la participación de diversos actores que, cobrando cierta remuneración, sí deben de estar incluidos en dicho ámbito de aplicación de la Seguridad Social. Partiendo de esta base, quedan excluidas, «per se», multitud de jornadas de la consideración de actividad económica.
En el punto contrario se sitúan aquellas jornadas donde el propietario o arrendatario de los terrenos, o el organizador de caza, cobran por la participación en las mismas o bien en las que se comercializa la carne de las piezas abatidas.
Ahora bien, todo lo anteriormente expuesto, descrito con fría pulcritud, presenta numerosos problemas para colectivos que, como las rehalas, no tienen el ánimo de lucro como fin; pero sí participan en estas jornadas de caza. En este caso, a nuestro juicio, la Administración ha actuado con cierta ligereza, presionando sobre un colectivo que no estaba preparado para ello y, lo que es más grave, sin previo aviso.
No vamos a analizar aquí si la rehala es deporte o es actividad económica, pues nos llevaría mucho tiempo. La pregunta por ello sería, ¿existe un régimen transitorio al que pueda acogerse la rehala hasta que exista una regulación normativa que garantice su viabilidad?.
Sinceramente, creemos que sí. Para garantizar la viabilidad del mundo de la rehala —no olvidemos, actor fundamental dentro de la montería española— sería indispensable la instauración de un período transitorio de adaptación de la normativa a la realidad de la misma. Con ello no queremos proponer el incumplimiento del deber de alta de los participantes (titulares y perreros) en los diferentes regímenes de la Seguridad Social. Sino que éste se haga de una manera racional.
Por descontado, no sería viable la participación en estas jornadas de perceptores de prestaciones por desempleo o de baja laboral.
Por ejemplo propondríamos que, durante la próxima temporada cinegética, la persona que realmente desempeña la función en el mundo de la rehala (que es el perrero), pueda ser dado de alta en el Régimen General de la Seguridad Social durante la jornada de caza por el organizador de la montería o propietario de la finca. Con ello se conseguiría un doble objetivo: Erradicar el fraude en la contratación y obtener rendimientos por la contratación de esos trabajadores y por la cotización (sobre todo a efectos de accidentes de trabajo).
Mientras tanto, las organizaciones del sector y las administraciones implicadas podrían sentarse a desenredar esta compleja madeja en la que se ha convertido el mundo de la rehala y la montería española. Esperemos que así sea por el bien de la conservación de una actividad única en el mundo, la montería, de la que Córdoba es referente y modelo a seguir.